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Vacuna contra Fiebre Amarilla peligrosa para los pacientes de MS
Este informe es parte de una serie de 12 meses contexto clínico.
Por Nancy Walsh, escritor del personal, MedPage hoy
Publicado: 14 de junio 2011
Revisado por Michael J. Olek, NO, Director, Médicos Newport Clínica de Esclerosis Múltiple y
Caputo Dorothy, MA, ADM RN, BC, CDE, planificador de la enfermera
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Los pacientes con esclerosis múltiple que planean viajar a zonas donde la fiebre amarilla es endémica deben pensar cuidadosamente acerca de la posibilidad de ser vacunados contra la enfermedad, los investigadores advirtieron en un informe sobre su estudio pequeño.
Durante un período de cinco semanas en situación de riesgo después de la vacunación, la tasa de exacerbación de la EM fue de 8,57, en comparación con una tasa de 0,67 después del final del período de riesgo, de acuerdo con Mauricio F. Farez, MD, MPH, y Jorge Correale, MD, de la Fundación para la Lucha Contra las Enfermedades Neurológias de la Infancia en Buenos Aires, Argentina.
Esto le dio una relación de tasa de exacerbaciones durante el período de riesgo de 12.778 (95% CI 4,28 a 38,13, P <0,001), informaron los investigadores en línea en la revista Archives of Neurology.Action Puntos
Tenga en cuenta que en un estudio de 28 pacientes, siete pacientes con EM tratados con la vacuna contra la fiebre amarilla había un aumento en su actividad de la enfermedad.
"Una relación causal entre la vacunación [fiebre amarilla] y recaídas de la EM se puede inferir indirectamente por la relación temporal entre los acontecimientos, y la plausibilidad biológica de este vínculo", escribieron.
En consecuencia, recomendó que los médicos examinar cuidadosamente los riesgos y beneficios con las pacientes con EM contemplando viajar a áreas donde la exposición a la fiebre amarilla podría ocurrir.
La fiebre amarilla es una potencialmente letal fiebre hemorrágica viral transmitida por mosquitos. La enfermedad ha resurgido en los últimos años debido a la disminución de los esfuerzos de control del vector en las zonas de África y América del Sur, donde la enfermedad es endémica.
Las infecciones se cree que desempeñan un papel en las exacerbaciones de la EM, pero la contribución potencial de la inmunización es incierto.
Para explorar esta inquietud, Farez y Correale seguido siete pacientes con EM remitente-recidivante que han recibido la vacuna 17D-204 contra la fiebre amarilla, a juego con siete pacientes con EM no vacunados, siete pacientes con EM que reciben la vacuna contra la influenza, y siete controles sanos.
La mayoría de pacientes se encontraban en sus 30 años, y cinco de los siete eran mujeres.
Todos los pacientes con esclerosis múltiple que fueron vacunados estaban siendo tratados con interferón beta-1a o acetato de glatiramer (Copaxone).
El período de riesgo comenzó una semana después de la inmunización, cuando la respuesta inmune se desarrolla.
Los pacientes fueron seguidos durante dos años, tiempo durante el cual cinco pacientes experimentaron exacerbaciones. La tasa global de exacerbación anual fue de 0.99.
Entre las manifestaciones clínicas se mielitis, neuritis óptica, y oftalmoplejía internuclear.
"Es importante tener en cuenta que cuatro de estos cinco pacientes tuvieron una significativa y persistente Expanded Disability Status Escala de aumentar la cuenta (≥ 2 puntos) en las evaluaciones neurológicas realizado 12 meses después de la exacerbación", observó Farez y Correale.
La inmunización contra la influenza no tuvo ningún efecto sobre la tasa de recaída de MS (P> 0,05).
Los cambios también fueron vistos en imágenes por resonancia magnética tres meses después de la vacunación contra la fiebre amarilla.
En ese punto del tiempo, una media de 2,6 lesiones T2, nuevas o ampliación y 2.14 lesiones realzadas con gadolinio se detectaron.
En cambio, la resonancia magnética realizadas después durante el seguimiento identificado una media de sólo el 0,1 nuevas o ampliación de las lesiones T2 y sin lesiones con gadolinio.
Además, varios cambios inmunológicos se observaron después de la vacunación, incluidos los aumentos en el número de células secretoras de citoquinas proinflamatorias y quimiocinas como la interleucina-1α, interferón-γ y factor de necrosis tumoral.
El aumento de estas células autorreactivas "puede dar cuenta de los cambios clínicos y radiológicos observados en estos pacientes", escribieron los investigadores.
También señalaron que, en las zonas no epidémicas de África, el riesgo de contraer la fiebre amarilla en los no vacunados es de una entre 2.000, y de estos, uno de cada siete se enfermarán. Uno de cada 10.000 pacientes morirán.
Los números son mucho más pequeñas en América del Sur, señalaron.
Los mecanismos precisos por los cuales exacerbaciones de la EM y otras respuestas autoinmunes pueden ser inducidas por la vacunación son inciertas, pero probablemente difieren de acuerdo a la susceptibilidad genética y la vacuna específica.
Las limitaciones del estudio incluyen el escaso número de pacientes y la falta de cegamiento.
La investigación fue financiada por una beca del Instituto de Investigaciones Neurológicas Raúl Carrea doctor, Fundación para la Lucha Contra las Enfermedades Neurológicas de la Infancia.
Correale es un miembro de la junta y ha recibido el reembolso para el desarrollo de presentaciones educativas para Merck Serono Argentina, Biogen Idec LATAM, y Merck Serono LATAM.
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