Cinco alimentos a evitar
Los nutricionistas recomiendan no abusar de ellos, para lograr una mejor calidad de vida
Es común escuchar historias del tipo: " Pues mi tío, que llego a los 90 y pico. fumaba como un carretero, se bebía dos litros de vino diarios, mas carajillos y coñac, no hizo nunca gimnasia y se mantuvo como un roble toda su vida"
Si, bueno, y Superman también. Cuando nos daremos cuante de quer una golondrina no hace verano. Esos son caso muy puntueles. Suele haber uno en muchas generaciones y en cada familia. Pero no son ejemplos a los que acogernos a la hora de intentar justificar nuestros abusos alimentarios. Porque eso y no otra cosa son las leyendas que corren por ahí acerca de la alimentación: tablas de salvación para justificar los abusos.
Señoras y señores, no hay que echar mano de esas triquiñuelas para autoconvencernos de que lo que nos dicen los especialistas que es malo no es tan malo como dicen. Y mas teniendo en cuenta los últimos avances en el campo de la nutrición y la dietética, que ya no son "cosas de cuatro vegetarianos locos"; que la experiencia ha demostrado - y la medicina también - que los principios alimentarios son comunes a todo tipo de personas, que, aparte, deben tener los que su metabolismo personal exija, que es distinto para cada individuo.
Es muy duro, según los nutriólogos, cambiar costumbres ancladas desde siglos en nuestra cultura popular, de un plumazo. Pero con ayuda del tiempo y la paciencia esperan poder introducir los sanos hábitos de consumo, cuyos beneficios se aprecian desde las primeras semanas.
Cualquier médico os dirá que no hace falta - a no ser en casos extremos - dejar de consumir esos alimentos de golpe, pesto que ello representaría un mazazo al organismo que podría experimentar reacciones inusuales, precisamente por estar acostumbrado "en demasía" a ese tipo de alimentos nocivos, pero si gradualmente. El problema está, como con todo, en el abuso que se hace de ellos. Pero una dieta no implica dejarlos totalmente. Se pueden consumir racionalmente, como las bebidas alcohólicas, cuya ingesta controlada es beneficiosa para el organismo, pues suponen un vasodilatador importante, cuando no un excelente digestivo o un excelente antioxidante, como los taninos del vino.
Todo es cuestión de medida, pòrque los abusos se pagan caros. En el siguiente artículo encontrarési las claves y las respuestas a las preguntas que se plantean respecto a los productos "menos recomendables". Buen provecho.
La dieta es un elemento clave si queremos llevaruna vida saludable. Por eso los nutricionistas noparan de darnos pistas para cuidarnos por dentro y por fuera. Aquí tienes los potenciales enemigosde tu salud, evítalos y vivirás más y mejor .
Ni botes ni latas. En tu cesta: productos frescos, mucho verde, carne blanca y pescado.1. GALLETAS, PATATAS FRITAS Y BOLLERIA INDUSTRIAL
La lista de estos productos es interminable y el denominador común de todos ellos es que contienen un alto contenido de grasas trans, el enemigo número uno de nuestrasarterias. En las etiquetas figuran como "parcialmente hidrogenado" o aceites hidrogenados, y se encuentran en todo tipo de snacks, alimentos congelados y productos horneados, incluyendo aderezos para ensaladas, palomitas de microondas, mezclas de relleno, congelados, etc. Los peores se esconden en los alimentos más sabrosos, de preparación rápida como aros de cebolla, patatas fritas y similares.
¿Por qué es malo? Bloquean las arterias, aumentando las concentraciones de lípidos y elcolesterol malo en la sangre y la reducción del colesterol bueno. Investigadores de la Universidad de Carolina del Norte encontraron que las mujeres que comían siete gramos de grasas trans al día (dos donuts o la mitad de una porción de papas fritas) tuvieron un 30 % más de accidentes (de tipo isquémico) que las mujeres que consumían solo 1 gramo al día. Otro estudio, realizado también en las mujeres, demostró que las grasas trans promueven la inflamación y altos niveles de proteína C-reactiva (PRC), un marcador de riesgo cardiovascular producido por el hígado y por las células grasas (adipocitos), relacionado con el infarto de miocardio, el ictus y otros ataques agudoscardiovasculares.
¿Qué hacer? Limitar el consumo de grasas trans a 1 ó 2 gramos al día. Evitar la comida rápida (sobre todo los fritos) y mirar las etiquetas de los alimentos envasados . Es recomendable hornear tu propio pan, pasteles... Buscar comida sana, snacks alternativos como galletas de grano integral, palitos de sésamo…
2. AHUMADOS Y CARNES PROCESADAS
Si tu debilidad es el salami, las salchichas, el tocino o un sándwich de ahumados, ¡cuidado con abusar! ¿Por qué es malo? Están sometidos a procesos de conservación que implican grandes dosis de sodio y conservantes. El nitrato de sodio y nitrito afecta a los vasos sanguíneos, haciendo que las arterias se endurezcan y se estrechen. Muchos estudios relacionan el consumo de carnes procesadas con la enfermedad arterial-coronaria y el consumo de embutidos y ahumados se relaciona con un mayor riesgo de diabetes y una mayor incidencia de numerosos tipos de cáncer, incluyendo leucemia. ¿Qué hacer? Si a media mañana sueles decantarse por sándwich de ahumados, jamón o cualquier otro embutido, trata de variar tu dieta , ¿qué tal uno vegetal o de atún? También puedes cocinar pavo o pollo y cortarlo en lonchas finas para hacer sándwiches caseros. 3.REFRESCOS LIGHT Reemplazar las bebidas azucaradas por su versión light parece una solución inteligente para mantener el peso adecuado - un objetivo saludable para el corazón— pero resulta que este tipo de refrescos aumentan las opciones de sufrir un derrame cerebral. ¿Por qué es malo? Las personas que toman una bebida gaseosa (dietética o light) aumentan hasta en un 48 % su posible riesgo de accidente cerebrovascular. Según un estudio de la Universidad de Columbia que siguió a 2.500 personas mayores de 40 años, beber un refresco al día aumenta en un 60 % el riesgo de accidentes cerebrovasculares, ataques cardíacos y enfermedad arterial coronaria que aquellas que no tomaban refrescos light. ¿Qué hacer? Sustituirlos por agua, es lo más saludable para calmar la sed. Si no eres capaz inténtalo con limonada, té helado o cualquier otro zumo natural de frutas o vegetales (a poder ser recién exprimido y con la cantidad justa de azúcar o sal). 4. CARNE ROJA Según publica la revista 'Stroke', las mujeres que consumen una gran porción de carne roja cada día aumentan en un 50 % las posibilidades de sufrir un accidente cerebrovascular. El porcentaje es tan alto que asusta, pero se trata de un estudio sólido y veraz, puesto que los investigadores llegaron a esta conclusión tras analizar las costumbres alimentarias de 35.000 mujeres suecas durante diez años. ¿Por quées malo? Las grasas saturadas de la carne roja obstruyen las arterias debido a una acumulación de placas de proteína. Ahora resulta que la hemoglobina, el ingrediente que le da la carne roja de su alto contenido de hierro, pueden representar un peligro concreto cuando se trata de un derrame cerebral. Los investigadores están estudiando si la sangre se vuelve más gruesa y más viscosa, como resultado del consumo de hierro. ¿Qué hacer? Consumir carne de aves de corral -en particular, carne blanca - y pescados, más bajos en hierro que la carne roja. También, elegir fuentes de proteínas más saludables para el corazón como legumbres, frutos secos, tofu o lácteos descremados. 5. SOPAS DE SOBRE Y ALIMENTOS PREPARADOS La dosis de sodio y de otros conservantes que contienen los alimentos congelados, precocinados, enlatados y demás envases suponen un peligro real para la salud. Según los nutricionistas es el peor delincuente que hay. Por eso, hay tantas campañas en pro de una alimentación más sana y natural, basada en productos frescos, de mercado. Incluso las autoridades han 'exigido' a las empresas que reduzcan el contenido de sal en un 20 % en los próximos dos años. ¿Por quées malo? La sal o el sodio -como se llama en las etiquetas de los alimentos- está directamente relacionado con el riesgo de ictus. En un estudio reciente, las personas que consumían más de 4.000 mg de sodio por día tenían más del doble el riesgo de ictus en comparación con los que comieron 2.000 mg o menos. Sin embargo, los Centros para el Control de Enfermedades estiman que la mayoría de los estadounidenses consumen cerca de 3.500 mg de sodio por día. Los estudios demuestran que el sodio aumenta la presión arterial, el principal factor causante de un accidente cerebrovascular. Y una advertencia: el sodio lleva muchos disfraces complicados de entender para el común de los mortales, que le permite ocultarse en todo tipo de alimentos que no necesariamente aparecen catalogados como salados. Seguro que te suenan ingredientes como bicarbonato de sosa, levadura en polvo, MSG (glutamato monosódico), fosfato disódico, alginato de sodio… que realmente significan sal. ¿Qué hacer? Cocina tus propias sopas y guisos caseros para congelarlo en porciones individuales. A la hora de comprar, lee las etiquetas cuidadosamente y elige aquellas variedades bajas en sodio. Fuente: caring.com
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