La medicina energética
La Psicología Energética es un campo de estudios y práctica terapéutica que combina aspectos de la Psicología convencional con las Medicinas Orientales y la Kinesiología.
La Psicología Energética surge en los Estados Unidos a principios de los 80 y se basa en el supuesto de que el malestar psicológico es el resultado de una alteración, bloqueo o cortocircuito en el sistema bioenergético o electromagnético de nuestro organismo (cuerpo – mente), entendiendo por sistema electromagnético alguno de los tres tipos de energías siguientes:
Diagnosticando las alteraciones o bloqueos del fluir equilibrado o armonioso de la energía podemos tratar de restablecer el flujo bioenergético con lo que desaparece el malestar psicológico.
Tanto la Medicina China como la Medicina Ayurvedica son medicinas que tratan al organismo humano:
Por otro lado el estudio de los biocampos postula que en torno al cuerpo físico e interpenetrando con el se hallan distintos campos o estructuras energéticas que constituye un duplicado invisible del cuerpo físico y que ocupa el mismo espacio que éste aunque lo hace a una velocidad vibratoria o frecuencia energética superior al físico. Esta estructura energética a su vez se subdivide en varios niveles: cuerpo etéreo, cuerpo astral (o también llamado emocional) cuerpo mental y cuerpo causal.
Las tres orientaciones interrelacionan los trastornos físicos de los trastornos psicológicos puesto que entienden que el cuerpo físico también es energía excepto que la frecuencia de vibración es menor que la de los campos menos visibles por el ojo humano.
A principios del siglo XX Einstein llegó a la sorprendente conclusión de que la materia y la energía se podían transformar la una en la otra. Su famosa formula (E = mc2) describió como la energía y la materia se relacionaban entre si ya que la energía y la materia son diferentes formas de una misma cosa. En realidad nuestro organismo está compuesto por diferentes estructuras superpuestas relacionadas de diferentes maneras que forman un conjunto que está en continuo cambio, y este cambio está motivado por diferentes energías.
La medicina energética está apuntando en una dirección obvia y es que podemos participar de nuestra curación si enfocamos las energías de nuestro cuerpo adecuadamente para que éste consiga las condiciones necesarias para reparar los procesos destructivos.
Así pues la Psicología Energética es un nuevo campo de estudios y práctica terapéutica que tiene una larga historia, ya que en parte se basa en la Medicina Tradicional China, cuyo primer escrito se remonta al 2697 a.c. y por otra parte asimila o incorpora fundamentos y prácticas de la psicología y psicoterapia y de la kinesiología aplicada que se creo como disciplina en 1967 en los Estados Unidos. La Psicología energética no es una disciplina que surge porque un estudioso o un investigador le da un nuevo enfoque, o propone una nueva forma de explicar alguna metodología ya existente. Surge de la combinación de técnicas y terapias consolidadas independientemente para ofrecer un enfoque comprensivo cuerpo-mente.
La Medicina Tradicional China ve al organismo como un todo por el que recorren una serie de canales energéticos o meridianos que llevan la energía Chi de un lugar a otro. El chi se considera la fuerza vital por excelencia, las enseñanzas chinas dicen “cuando el chi se une, se forma el cuerpo físico, cuando el chi se dispersa el cuerpo muere”. Hay doce canales principales que recorren la superficie del cuerpo y se adentran en el interior para conectar con los órganos, vísceras, sangre etc. A lo largo de estos canales se encuentran los puntos de acupuntura que son los que permiten acceder al chi del cuerpo. Existen además otros 8 canales adicionales que utilizan los acupuntores pero a efectos de la Psicología energética se utilizan estos 12 y dos más, en total 14 meridianos. Cuando la energía fluye armoniosamente hay salud y bienestar pero cuando la función de alguno de los órganos no está equilibrada y funciona en exceso o defecto se producen una serie de alteraciones tanto mentales, emocionales como físicas. La Medicina China utiliza agujas y moxas (bastoncillos que proporcionan calor) para tonificar (elevar el nivel de energía) o sedar (reducir el nivel de energía a través de los meridianos).
En 1966 Goodheart estudia un texto de un investigador inglés llamado Felix Mann sobre los meridianos de acupuntura que resaltaba la relación entre los puntos de acupuntura y los órganos y revelaba diferentes puntos de tonificación o sedación para los diferentes órganos si estos se encontraban sobre activados o ralentizados.
Goodheart descubrió que si se estimulaban los primeros puntos de tonificación, determinados músculos se fortalecían, y si se estimulaban los primeros puntos de sedación determinados músculos se debilitaban. En vez de utilizar agujas Goodhert descubrió los efectos de aplicar presión a los puntos de acupuntura, así como aplicar percusión o golpecitos y lo denomino, en inglés, “tapping”. La conexión entre los órganos, glándulas y meridianos era bien conocida para la acupuntura pero relacionarlo con los músculos y los canales de los meridianos fue todo un descubrimiento.
Good Herat, fue la primera persona que estudia la relación entre los diferentes sistemas del cuerpo. Investiga la relación entre la fuerza muscular, los órganos, el sistema neurolínfatico y neurovascular, la relación craneo – sacreal y el sistema respiratorio y desarrolla un método de diagnóstico y localización de las funciones corporales llamado “verificación muscular”. La verificación muscular se basa en que los músculos están relacionados con el sistema nervioso central y cuando se aísla un músculo se puede hacer que este responda de forma binaria fuerza vs no fuerza, sí vs no. Goodheart comprobó, que ante una afirmación, el músculo del cliente podía mostrarse fuerte o debil, lo cual implicaba una respuesta afirmativa o negativa. De esta forma se obtenían las respuestas e información necesaria del organismo.
Hoy en día la verificación muscular se utiliza en infinidad de terapias como instrumento de diagnosis.
Según iba desarrollando su metodología, Goodheart trabajó con una serie de discípulos, de los que surgieron diferentes escuelas que utilizan la kinesiologia como método de diagnóstico, como son “Toque para la Salud” (John Thie) “3 cerebros en uno” (Gordon Stokes y Daniel Whiteside) y la “Kinesiologia Educativa” ( Paul Dennison).
Otro discípulo de Goodheart fue John Diamond, un psiquiatra australiano de orientación psicoánalítica al que le interesó mucho la verificación muscular y estudió la relación entre los meridianos de la medicina china y las emociones, comprobándolo en su práctica terapéutica. Diamond, utilizando la verificación muscular llegó a la conclusión que en la base de todo problema físico y mental está la actitud emocional. “mientras tengamos una actitud emocional positiva, y no haya patrones negativos mantendremos nuestra energía vital y tendremos salud y vitalidad”. Uno de los factores primordiales de una alteración en el fluir armonioso de la energía es el estrés, físico o mental. El estrés alterará el fluir de la energía vital y con ello se desencadenará una emoción negativa.
Estudiando a Diamond un psicólogo norteamericano llamado Roger Callahan desarrolló el concepto de que el pensamiento también es energía. Callahan desarrolló su método llamado Thought Field Therapy (TFT ) teoría del campo del pensamiento y se basa en la premisa que también el pensamiento es energía. Callagán entiende que los pensamientos son energía y conforman un campo que tiene una estructura y que aunque no es directamente observable, tampoco lo son los campos magnéticos o gravitatorios y sin embargo son reales. Según la física quántica la energía (que puede ser calor, química, materia, luz, sonido, electricidad y magnetismo) se emite en un micro paquete llamado quantum. Estos quanta se comportan como partículas o como ondas según las circunstancias y por esto ahora se llaman onda/partículas para transmitir esta dualidad que tienen los electrones y protones. Callahan entiende que el malestar emocional es el resultado de una perturbación en el campo de pensamiento y que accediendo a la perturbación se puede reorganizar este campo de pensamiento para que tenga armonía y no produzca malestar emocional.
Diepold y Goldstein en el 2000 realizaron un estudio en el que en un electroencefalograma se mostraban los movimientos erráticos de la actividad cerebral cuando la persona sintonizaba con una memoria traumática, frente a cuando sintonizaba con un evento sin carga emocional. Se volvió a estudiar los movimientos en el electroencefalograma después de haber pasado por un tratamiento de psicología energética y estos se mostraban armoniosos.
Callahan fue pues uno de los precursores de lo que hoy se llama la Psicología Energética desarrollando un protocolo de actuación para resolver estas perturbaciones accediendo desde el síntoma o malestar emocional. Utiliza métodos de corrección del fluir de la energía que vienen de las distintas escuelas de kinesiologia, mide la cantidad de malestar emocional en unidades subjetivas de malestar SUD de Joseph Wolpe (del o al 10), utiliza los meridianos para detectar la perturbación en el campo electromagnético del organismo y crea secuencias de puntos o “algoritmos” para diferentes malestares, utiliza afirmaciones para detectar si existen lo que el llama auto sabotajes, e incluye un técnica de reequilibrio de los hemisferios cerebrales.
Los discípulos de Callahan que han desarrollado y difundido este nuevo campo son Fred A. Gallo y Cary Craig. Esté último desarrolla una nueva terapia llamada Emotional Freedom Technique o Terapia de Liberación Emocional que estandardiza el método utilizando los 12 puntos principales para que pueda ser aplicado en uno mismo por cualquier persona con malestar emocional
Sin embargo, Fred A. Gallo elabora un sistema personalizado en que se diagnostican y personalizan los puntos a tratar para cada persona y malestar emocional. Victoria Cadarso, psicologa y psicoterapeuta formada en 8 psicoterapias diferentes, se ha formado con Fred A. Gallo y es esta última terapia la que ella aplica a sus pacientes en España.
Según Victoria Cadarso, la Psicología Energética esta especialmente indicada para todos los trastornos producidos por un período de estrés mas o menos prolongado que varían desde ansiedad, ataques de pánico, diversos miedos y fobias como presentarse a exámenes, a hablar en público, miedo a insectos, a relacionarse con determinadas personas, y otras emociones negativas como irritabilidad, ira, cólera etc. Es muy posible solucionar algunos de estos problemas en tres únicas sesiones. La forma de actuación sería la siguiente:
En la primera sesión se realiza la historia clínica con los métodos psicoterapéuticos convencionales para delimitar el malestar emocional, o problema psicológico y se informa al cliente en que consiste la terapia y sesiones requeridas.
En la segunda sesión se trabaja el problema convenido entre el psicólogo y el cliente con las técnicas de la Psicología Energética, donde lo primero que hay que ver es si la energía del cliente fluye adecuadamente, pues de no ser así, hay que realizar unos simples ejercicios para corregirla. A continuación, mediante la verificación muscular se comprueba si existen “autosabotajes” o creencias, condicionamientos, o resistencias inconscientes que tenga el cliente de cara a resolver su problema. Luego se pide al pacente que sintonice o contacte con el malestar emocional, accediendo a una imagen, recuerdo, o sensación que conecte con el problema en cuestión y que lo evalué en una escala de 0 – 10, siendo 10 el máximo malestar y también se verifica muscularmente.
Luego se verifica muscularmente que meridianos o canales energéticos de la medicina china son los que hay que equilibrar, o aquellos que se alteran al conectar con el problema. Una vez determinados estos meridianos, se detectan que puntos de acupuntura o acupresión hay que estimular. Cada paciente tiene su propia secuencia de puntos para cada problema.
Es el paciente mismo, mediante las indicaciones oportunas del psicólogo, quien estimula sus propios puntos, mediante “tapping” o golpecitos. Realizado este primer “golpeteo”, se le invita al paciente a que se ponga en contacto con el malestar y lo vuelva a evaluar del 0 -10 para ver que malestar le queda. Lo normal es que vaya bajando paulatinamente hasta quedarse entre el 2 y 1 en la escala subjetiva de malestar. En este momento se le indica al paciente que haga ciertos movimientos de ojos guiados que lo que hacen es estimular diferentes partes del cerebro para conseguir “anclar” el resultado de la terapia y que el problema se sienta de una forma nueva, mejor.
Una vez realizado este proceso, se le pide al paciente que se ponga en contacto con el malestar inicial y para asombro de muchos, esto ya no es posible. El paciente es incapaz de ponerse en contacto con la sensación: Lo puede pensar pero ya no lo puede sentir. Es como si se hubiera desconectado el pensamiento de la emoción. Muchos sienten un gran alivio y estado de relajación aunque también muestran mucha incredulidad pues “recuerdan” como se sentían al principio de la sesión y como se encuentran al final de la sesión.
En la tercera sesión, se confirma que el malestar ha desaparecido y se da por concluida la terapia. En caso de que el malestar no haya desaparecido completamente, primero se revisa el malestar inicial por si quedase alguna parte que no se hubiese identificado correctamente y luego se vuelve a aplicar la secuencia descrita anteriormente.
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