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viernes, 12 de agosto de 2011

Incontinencia urinaria y esclerosis múltiple

Salud al día: Incontinencia urinaria



Salud al Día: Incontinencia urinaria y esclerosis múltiple



Nancy J. Holland, RN, EdD

Introducción

Este documento explica cómo la esclerosis múltiple puede afectar al sistema urinario y lo que se puede hacer para controlar estos problemas. La disfunción urinaria, o los problemas de la vejiga, es común en EM, aunque no todos los afectados de EM la padecen. Estos síntomas pueden variar mucho de una persona a otra. Deben afrontarse individualmente pero se pueden tratar y se deben tratar, tanto para mantener la salud general como para mantener la calidad de vida.
Cuando empiezan los problemas con la orina pueden parecer abrumadores, especialmente si la persona pierde el control de la vejiga. Es normal, en primer lugar, buscar los propios recursos, limitando la toma de líquidos y empleando compresas absorbentes para poder hacer frente, en secreto, a una situación que puede avergonzar o asustar.
Los recursos propios son importantes para la salud, pero no pueden sustituir la ayuda médica. Algunos remedios realmente pueden empeorar el problema. Al limitar la cantidad de líquidos ingeridos, por ejemplo, se aumenta el riesgo de infección y se irrita la vejiga.
El primer paso, fundamental, consiste en disponer de un diagnóstico apropiado. Es importante que se informe al médico o a otro profesional sanitario tan pronto empiece cualquier problema.
El conocimiento del funcionamiento normal de la vejiga, qué causa los síntomas, las exploraciones y los métodos que se utilizan para el diagnóstico, y las medidas empleadas para aliviar los síntomas y mantener el funcionamiento del tracto urinario, todos estos elementos forman parte del proceso de tener bajo control los problemas de la vejiga.

Objetivos

Los objetivos del control de la vejiga son los siguientes:
Preservar el funcionamiento normal del tracto urinario y prevenir complicaciones que pueden ser graves.
Alivio de los síntomas.
El profesional sanitario se centrará en preservar el funcionamiento del sistema, especialmente la función renal, ya que es vital. Las personas con EM centran la atención normalmente en el alivio de los síntomas que más preocupan. Ambos centros de interés se pueden lograr a través de la colaboración activa entre el profesional y la persona con EM. Como cada persona responde de manera distinta a los tratamientos, se puede necesitar un tiempo de prueba para identificar el procedimiento más efectivo. Es decir, que puede transcurrir un cierto tiempo hasta lograr el método más eficaz.

Un consorcio de ayuda

La mejor ayuda requiere una colaboración entre el individuo y el profesional sanitario, y también que transcurra un periodo de prueba antes de que se identifiquen los mejores procedimientos.
Para la buena salud en general, y la salud del sistema urinario, se recomienda beber un mínimo de 6 a 8 vasos de líquidos cada día. A veces esto quiere decir que hay que aprender a hacer un régimen de beber durante el día y, tal vez, beber un poco menos durante la noche, si despertarse para orinar se convierte en un problema. ¡Reducir la toma de líquidos no es aconsejable para controlar los problemas de la vejiga!
La supresión de bebidas que contienen cafeína es un paso positivo. La cafeína pueda irritar la vejiga y empeorar los síntomas. La ingestión del jugo de arándano es otro paso positivo. El jugo de arándano aumenta la acidez de la orina y crea un entorno más difícil para que las bacterias causen infecciones del tracto urinario y cistitis. Conviene hablar con una enfermera, un médico, o un dietista sobre los cambios de dieta y otras adaptaciones. Lo que se come o bebe contribuye al buen estado de salud.
Para algunas personas las compresas absorbentes dan seguridad, y la seguridad es esencial para una vida completa. Muchas compresas absorbentes contienen productos que se convierten en geles cuando se mojan, evitándose así los derrames de orina. Aunque las compresas absorbentes no deben emplearse como la única solución para los problemas de la vejiga, sí que pueden contribuir positivamente a la vida cotidiana. El resultado ideal es eliminar el goteo y la incontinencia de orina, para que las compresas absorbentes no sean necesarias.

Anatomía: un retrato del sistema

El sistema urinario extrae los desechos de la sangre y los elimina, junto con los líquidos sobrantes del cuerpo, esto es la orina. La orina se forma continuamente en los riñones, que están localizados a ambos lados de la columna vertebral. La orina pasa de los riñones a la vejiga por dos conductos llamados uréteres. Finalmente la vejiga expulsa la orina por un conducto llamado la uretra.
La vejiga es una bolsa muscular que se ensancha mientras acumula orina, igual que un globo se agranda cuando se le introduce aire. La parte muscular de la vejiga se llama el detrusor.
En el punto donde la uretra sale de la vejiga hay un músculo, el esfínter externo, que se mantiene contraído y cerrado mientras no se está orinando. La vejiga y el esfínter actúan normalmente bajo control voluntario, o sea que la persona puede conscientemente controlar cuando y donde va a orinar (o vaciar).
El control voluntario de la micción está gobernado por el cerebro. Cuando la vejiga está llena envía una señal al cerebro a través de impulsos que circulan por la espina dorsal. Los impulsos necesarios para la micción normal se transmiten desde el cerebro a la vejiga.

La micción normal

La orina se recoge en la vejiga hasta que se acumulan 1 ó 2 tazas (de 250 a 500 mililitros). La vejiga se va ensanchando poco a poco mientras se acumula la orina. Cuando la vejiga alcanza su capacidad, la persona siente el deseo de orinar.
Para que se produzca la micción tienen que pasar dos cosas al mismo tiempo: el músculo detrusor de la vejiga tiene que contraerse para expulsar la orina a la vez que el esfínter se relaja y se abre, permitiendo expulsar un chorro de orina.
En resumen, la micción normal está bajo el control de la voluntad. Cuando la vejiga acumula 1 ó 2 tazas de orina, la persona experimenta el deseo de orinar. Cuando la persona decide que es el momento y el lugar apropiado, la vejiga se contrae para expulsar la orina mientras el esfínter se abre y permite que salga.

La EM puede interrumpir el proceso

Las placas de EM en el cerebro y en la médula espinal pueden interrumpir la transmisión de los mensajes de ida y vuelta al cerebro. Esto puede ocasionar problemas para retener la orina hasta la capacidad normal de la vejiga o acarrear dificultades para vaciar la vejiga completamente.
Puede ocurrir cualquiera de los siguientes síntomas:
Apuro de orinar: Una sensación muy fuerte de que la micción es inminente y no se puede posponer.
Incontinencia: La pérdida de control urinario.
Nocturia: Orinar varias veces durante la noche.
Vacilación urinaria: Dificultad para iniciar el chorro de orina.
Incontinencia de rebosamiento: La pérdida de control urinario, debido a una vejiga demasiada llena, normalmente se describe como "goteo".
La sensación de que no se vació por completo: Una sensación de que permanece un poco de orina en la vejiga después de vaciarla. A veces la EM ocasiona menos sensibilidad en la vejiga, y puede ser que una persona no vacíe por completo la vejiga aunque no sienta que todavía le queda un poco de orina para expulsar.
Un flujo débil de orina: Se nota que el flujo es fino y lento.
Sistema excretor 
Consultas
La consulta con un médico es esencial para establecer un diagnóstico acertado. Los síntomas por sí mismos no pueden determinar si el problema básico es de retención o de vaciado, ¡u otra cosa! Casi todos los síntomas pueden ser señal de una infección del tracto urinario, o ITU. Puede ocurrir que una ITU no tenga nada que ver con la EM. Pero una ITU se debe tratar inmediatamente con un antibiótico apropiado, que se puede determinar con un cultivo de orina. Las ITU se asocian con frecuencia a una intensificación de otros síntomas de la EM, como son la espasticidad y la fatiga.
Si el examen del laboratorio descarta una ITU, convendrá llevar a cabo otras exploraciones del comportamiento de la vejiga para poder identificar mejor el problema y determinar la mejor manera de tratarlo.

Exámenes del funcionamiento de la vejiga

Un análisis de orina y un cultivo de orina. Estas pruebas se llevan a cabo con una muestra reciente para determinar si hay una infección y, si se detecta, cuáles son los antibióticos apropiados.
Post-vaciado de orina residual: la persona orina normalmente, y después se procede con un cateterismo para ver cuánta orina permanece en la vejiga. Este es el examen más sencillo para determinar el estado de funcionamiento de la vejiga, pero no es una alternativa no-agresiva. El sonograma del residuo puede ser otra opción.
Urograma intravenoso: un examen por rayos X del sistema urinario entero, que da información sobre los riñones igual que la vejiga. Este examen dura una hora y requiere una inyección de contraste, seguida por la aplicación de rayos X.
Rastreo por radioisótopos del residuo: La información que se obtiene es parecida a la del urograma intravenoso, pero se inyecta un radioisótopo, un elemento que emite radiaciones, para que se pueda trazar su camino por el cuerpo.
Sonograma del residuo: Un rastreo ultrasónico para evaluar el sistema urinario. Una jalea conductora se aplica en el abdomen, y un instrumento parecido a un micrófono se pasa despacio sobre la zona para obtener una imagen de la vejiga y cualquier residuo de orina (ecografía).
Exploración urodinámica: Ejecutado por un urólogo o enfermera, el examen emplea un catéter urinario y una sonda rectal para determinar la capacidad de retención de la vejiga y ver cómo está funcionando el tracto urinario.

Disfunción de la capacidad de retener

Se produce un problema de retención cuando la vejiga no puede retener la orina que se le acumula. En este caso, el músculo detrusor está sobreactivo. Se producen contracciones de la vejiga involuntariamente cuando sólo un poco de orina se ha acumulado. El esfínter se abre de forma normal, resultando una micción frecuente y urgente.
Tratamiento de la disfunción de la capacidad de retener.-
El tratamiento de las formas más comunes de esta disfunción se dirige a relajar el músculo detrusor de la vejiga, confiando que así la orina se podrá acumular bien antes de que se sienta el deseo de orinar. Esto se puede lograr con el uso de fármacos, que también reducen la frecuencia de acudir al baño mediante el aumento de la cantidad de orina que se expulsa cada vez.

Disfunción de vaciar

La disfunción de vaciar es la incapacidad de la vejiga de vaciar por completo toda la orina que contiene. En este caso, la uretra está bloqueada por un esfínter espástico o rígido, que impide que la vejiga se vacíe por completo. Más específicamente, el esfínter urinario se contrae en lugar de relajarse cuando el músculo detrusor de la vejiga se contrae para expulsar la orina. Normalmente sale un poco de orina, pero un volumen significativo permanece en la vejiga.
Hay otra forma de disfunción de vaciar en la que el detrusor es demasiado débil para expulsar toda la orina, pero es poco frecuente en EM.
Tratamiento de la disfunción de vaciar.-
Algunas personas con sólo un leve problema al vaciar - solamente queda una pequeña cantidad de orina - pueden reaccionar bien a un fármaco llamado Lioresal (baclofen). La mayoría de personas con problemas de vaciar tendrán que usar de vez en cuando un catéter, que es el mejor método para tratar los problemas de vaciado. La orina se vacía periódicamente por medio de un tubo fino que se introduce en la vejiga por la abertura urinaria. Es un procedimiento que no causa dolor, que generalmente es más fácil de llevar a cabo de lo que parece, incluso si la EM ha causado entumecimiento en los dedos que se resisten a cooperar. Sólo se necesita un mínimo de instrucciones y unas sesiones de práctica con una enfermera.
Las mujeres normalmente son más receptivas al catéter que los hombres, quizás debido a que están familiarizadas con el proceso de aplicarse tampones. Los hombres suelen resistirse más psicológicamente, pero pueden superarlo y se dan cuenta de sus beneficios, lo tienen más fácil porque la abertura urinaria del hombre es más accesible. El procedimiento se realiza mejor sobre el inodoro.
El enorme alivio de los síntomas, y el deseo de evitar complicaciones serias a largo plazo, a veces anima a las personas a continuar con la práctica del catéter. Algunas personas sólo tienen que utilizar el catéter durante unas semanas o meses, ya que la vejiga a veces vuelve a su funcionamiento normal o casi normal. Para otras, simplemente forma parte de la vida cotidiana.

Complicaciones

Las disfunciones del vaciado ocasionan la retención de orina, y que las bacterias proliferen libremente en la orina estancada. Esta orina que se queda en la vejiga, llamada "orina residual post-vaciado", puede provocar que la persona sea susceptible a ITU frecuentes, o infecciones del tracto urinario.
Pueden presentarse lesiones en los riñones debido a frecuentes infecciones del tracto urinario superior. La orina infectada en un momento dado puede embotellarse en los uréteres y volver a los riñones si la salida esta bloqueada por un esfínter tieso o contraído. La formación de piedras en los riñones o la vejiga también es una posible complicación si no se vacía la vejiga por completo. Partículas de minerales diminutos, que normalmente se expulsan con la orina, pueden acumularse y formar piedras que no se pueden expulsar por la micción. Las piedras pueden complicar más el vaciado. ITU frecuentes, la formación de piedras en los riñones y en la vejiga, y lesiones en los riñones, son señales de un problema crónico por la retención de orina.
Anteriormente, a veces se indicaba a las personas con problemas de retención que se aplicasen un poco de presión en el abdomen cuando orinaban. Hoy en día se considera una práctica peligrosa porque esta presión puede provocar que la orina ascienda en vez de descender. No se aconseja.

Puntos a recordar

Los problemas urinarios son corrientes en las personas con EM. Una buena comprensión de los problemas, y de las posibles soluciones, facilita que las personas lleguen a aceptar mejor estos molestos problemas.
El control de los síntomas se logra más fácilmente cuando se tratan a tiempo. Se debe consultar con un profesional de la salud al primer aviso de un problema urinario.
En la mayoría de los casos, los síntomas de la vejiga se pueden controlar bien mediante estrategias que incluyen el medicamento apropiado, medidas de prevención, y los propios recursos.
Las complicaciones graves se pueden evitar con una buena atención y exploraciones de seguimiento.
Ya que el funcionamiento de la vejiga y del esfínter puede variar con el tiempo, puede ser necesario repetir exploraciones, diagnósticos y variar las estrategias.

Nancy J. Holland, RN, EdD, es la vicepresidenta de Programas Clínicos de la Sociedad Nacional de Esclerosis Múltiple (USA). Con gran agradecimiento a Michele G. Madonna, RN, MA, quien colaboró escribiendo la edición original.

© National Multiple Sclerosis Society, 1999

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