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sábado, 18 de junio de 2011

EDULCORANTES, SACARINA, ASPARTAMO Y ESCLEROSIS MULTIPLE



[ 16 de Junio de 2011 02:05 ]
Los resultados fueron difundidos por un grupo de investigadores de la UNT. Recomiendan controlar el uso de los endulzantes artificiales.

Lo que hasta entonces fue una salvación para muchas personas que habían encontrado en los edulcorantes la solución para bajar de peso, hoy parece convertirse en un problema.

De acuerdo a las últimas investigaciones realizadas por especialistas de la Facultad de Medicina y de la Facultad de Bioquímica, Química y Farmacia de la Universidad Nacional de Tucumán, algunos componentes de los edulcorantes, como la sacarina y el aspartamo serían los responsables de provocar efectos inversos en la salud de los consumidores. No solamente engordan sino que además atacan el sistema nervioso central generando alteraciones en la conducta y cambios en los estados anímicos.

“En reiteradas experimentaciones, comprobamos que la sacarina traspasa la barrera hematoencefálica ubicada en el sistema nervioso central (SNC) y se aloja en las neuronas. Esa presencia provoca desde irritabilidad y agresividad hasta debilitamiento general, depresión y falta de fuerza corporal”, detalló Susy Lavolio, bióloga e investigadora de la UNT. “Inclusive se le atribuyen efectos similares a la esclerosis múltiple”, agregó. 

Según detallaron los investigadores, estas sustancias atacan la mielina de las neuronas afectando la transmisión de los impulsos eléctricos a lo largo de los axones en las mismas.

La sacarina y el aspartamo, dos de las sustancias contenidas en los edulcorantes, producen lo que se conoce como  “impresión” en las papilas gustativas. Este proceso provoca una especie de acostumbramiento, que obliga a consumir alimentos y bebidas cada vez más dulces y cada vez en mayor cantidad. Aunque se trata de sustancias que no aportan calorías se genera una dependencia por la cual la azúcar no alcanza para estimular el gusto dulce tanto como los edulcorantes.

Según Lavolio, el sabor dulce del edulcorante hace que el organismo lo reconozca por su gusto  pero no le permite realizar sus funciones metabólicas porque en realidad no hay azúcar, sólo transforma el poco glucógeno en grasa y esto puede ocasionar ‘hígado graso' si queda en el hígado o aumentar el tejido adiposo. Y así es como los edulcorantes provocan aumento de peso.

Aunque las primeras pruebas se realizaron en animales de experimentación los ensayos demostraron que los efectos se hacen visibles a los seis meses del consumo diario de estas sustancias, sin embargo estiman que en los seres humanos el plazo sería de dos años.
Ante esta situación, los investigadores recomendaron regular el consumo de edulcorantes y emplearlo bajo prescripción médica sobre todo en menores de edad.


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